Buscando un trabajo más maduro en cuanto a temáticas y composición, Seba Alfaro presenta su segundo largaduración, “Desde mi Ataúd”. El músico chileno toma el peso de la vida moderna y vuelve a uno de sus tópicos recurrentes: el ataúd como metáfora de resignación y de la oscuridad que, inevitablemente, acompaña la adultez.
Luciendo nuevamente la prolijidad con la que construye historias y relatos, el artista no deja de lado los guiños al hip hop, pero con más meticulosidad en la calidad del sonido, los arreglos y el trabajo vocal. Yaima Cat lo acompaña en la producción de una placa que nace entre escuchas de Los Tres, Alex Anwandter, Catriel, Martín Buscaglia o Sofía Álvez, dando con un LP con sello sudamericano, donde supo qué quería lograr desde los cimientos de la creación.
“Desde mi Ataúd” es un disco de cantautor, minimalista, y que busca primar la canción por sobre la instrumentación. “El concepto principal es el peso de la vida moderna. Parto con la canción que da nombre al disco, y de ahí en adelante se desarrolla el concepto”, que va desde el amor en tiempos modernos en ‘Lo que necesito’, reflexiones sobre el territorio en ‘Sudamérica suda’ o críticas sociopolíticas en ‘Ratas’, sin dejar de lado la ironía, la simpleza de la vida, la burla y la autocrítica.
Samples a Michel Jackson, un tostador que funciona como pandero de samba, y artistas invitados como Diego Lorenzini o Rosario Alfonso, entre otros, están contenidos en un álbum de 9 canciones donde el chileno puede explayar aún más sus historias; una especie de regreso extendido, tras los dos cortos –los epés “Deja Piola” del 2018 y “Reset” del 2020– que publicó después de su aplaudido debut, “Bicho Raro” (2017).
“Llevo algunos años hablando de ataúdes. Creo que me gusta la fonética y el significado de la palabra. Siento que hace proyectar algo de oscuridad en mi propuesta”, explica sobre el concepto de un trabajo que, sin dudas, hace eco en una juventud sudamericana enfrentada a una vida moderna post capitalismo, post pandemia, post muerte.