En el eco de las melodías que surcan los corazones, Fabiana Cantilo, ícono del rock argentino, se une al fulgor de la banda revelación del pop rock latinoamericano, Silvestre y La Naranja. Juntos en su nuevo hit “La Era del Dragón” trazan un viaje sonoro que habla de una historia que conquista escenarios, agota tours y entradas, mientras que el universo musical y fans se rinden ante esta conjunción mágica.
Ahora el pasado se entrelaza con el presente en el precedente abrazo histórico de Fabiana Cantilo que se multiplicó junto a Silvestre y La Naranja en la reinterpretación de “Demoliendo Hoteles” de la leyenda Charly García y generó una euforia entre los fans presentes. Un acto de homenaje y reinvención, que resonó en el sold out y debut de Silvestre y La Naranja en los cimientos del emblemático estadio Obras Sanitarias, donde la memoria del rock argentino cobra nueva vida. Por otro lado, Fabiana Cantilo también viene arrasando los escenarios con tres Gran Rex y su reciente participación en el Festival Confluencia. Pronto se la podrá deleitar nuevamente en otra noche muy especial “Apocalipsis NO” este 21 de junio en el mítico Luna Park.
El destino traza nuevos caminos en el firmamento sonoro. En enero del 2024, Fabiana envió la semilla de “La Era del Dragón” a los integrantes de Silvestre y La Naranja, una melodía que despertó instantáneamente la chispa creativa. Junto al talento del productor Mateo Rodo, artífice del aclamado trabajo discográfico “Sueño Cítrico” (2023)- trabajo que conllevó a una reciente nominación a SyLN en los Gardel 2024 como “Mejor Álbum Pop Alternativo”-, dan forma al concepto de la canción, fusionando la esencia del rock de los 90 con sonidos espaciales y psicodélicos.
Desde el primer acorde guiado por la maqueta melódica, la canción se erige como un himno de liberación, donde un personaje galáctico busca escapar de la realidad virtual, invitando a desatar las ataduras del mundo terrenal y digital. En las palabras que emergen, “Todo está al alcance de la imaginación”, se encuentra el mantra donde la mente, en su vuelo, alcanza lo insondable.
En el éxtasis del estribillo, se revela la esencia de un nuevo capítulo en la historia del rock latinoamericano, donde la colaboración se convierte en un puente que surge desde las bases de la canción hacia el vuelo imparable que ofrecen ambos proyectos.