
“Guitarra y Vino” es una historia real cuyo protagonista fue el abuelo materno de Rebun. Escuchó esta historia desde chico, contada por su madre de vez en cuando. Nunca la tomó como una broma, ya que para él era una cuestión de honor, más que una simple anécdota de un guitarrero borracho. El diablo, en realidad, nunca se presentó en aquel encuentro, aunque en el videoclip aparece para aportar ese toque de terror que, según él, la historia pedía. Aun así, consideraba que era una historia interesante por sí sola.
Compuso la canción varios meses antes de grabarla, influenciado por el blues, un género que le pareció perfecto para acompañar el relato. En el estudio, la grabación fluyó rápidamente, salvo por el solo final, que necesitó grabar varias veces hasta quedar conforme.
Las canciones publicadas anteriormente fueron seleccionadas de manera bastante aleatoria, tanto en la decisión de grabarlas como en todo lo que implica exponerlas en la actualidad. Rebun nunca se había planteado seriamente la posibilidad de crear un álbum conceptual en el que todas las canciones estuvieran conectadas entre sí, aunque no descarta la idea de hacerlo en el futuro. Por ahora, todo este proceso representa algo completamente nuevo para él.
Más sobre Rebun:
Rebun reconoce que, muchos años atrás, apenas comenzó a tocar la guitarra, ya había compuesto varios temas. Por supuesto, los primeros no eran buenos, pero como en todo proceso creativo, fue puliéndose y mejorando con el tiempo. Luego de pasar por varias bandas de covers —y otras con composiciones propias de sus integrantes—, entendió que debía hacerse cargo de aquello que había venido posponiendo durante tantos años.
Rebun es su alter ego, una parte de sí mismo que siempre estuvo presente, aunque oculta. Seguía escribiendo canciones, guardándolas y esperando esa señal que parecía no llegar nunca. No fue sino hasta 2024 que todo comenzó a volverse real, en parte por una necesidad profunda, y en parte por fuerza mayor.