Pocas veces un título describe de forma tan acertada lo que vas a encontrarte dentro de un disco. Porque “El Presente”, quinto trabajo de SHINOVA, coge las riendas de la propia trayectoria de la banda para llevarles a ser más conscientes que nunca de su brillante presente, uno que no se recuesta en el pasado y mira hacia la evolución, hacia el futuro. Más que una conjugación de los tiempos, “El Presente” es una confirmación de la excelente salud del quinteto que, lejos de acomodarse, busca nuevos horizontes.
No vamos a renegar: Si hay una palabra que define bien esta certera colección de 12 canciones, es “ROCK”. Eso sí, junto a su productor de cabecera, Manuel Colmenero, SHINOVA han construido un nuevo camino por el que seguir estremeciendo y cautivando a quienes deseen transitarlo.
Sin renunciar a su característica intensidad, por momentos aparecen melodías abiertas y una tendencia a la luminosidad y la claridad que destacan en canciones como “Movimiento” o “Nuestra postal”, que sorprenden empezando en un lugar íntimo y pequeño para progresar y culminar en otro muy distinto, ambicioso y sobrecogedor.
En este sentido cabe destacar “Gato azul”, el punto más cercano al Pop que hayan alcanzado SHINOVA gracias al dinamismo y brillo aportados por Iván Ferreiro, único colaborador dentro de este álbum. Es una de esas canciones que suenan a clásicos que siempre estuvieron con nosotros.
Hay autenticidad, verdad, complicidad y todo aquello que hace de la música algo esencialmente humano.
Porque si algo destaca en esta banda es esa apuesta por anclar sus letras en las relaciones de tú a tú, esas pequeñas entregas cercanas -cara a cara- que prevalecen ante la locura de un mundo histérico, que intenta absorbernos. Así queda claro en “Pura ironía”, un certero retrato de la realidad en la que vivimos.
“El Presente” también guarda un cambio en sonoridades y una sofisticación, que unida a esa evocación poética de sus letras, nos deja joyas como “Lobos” o “Diciembre”, donde también encontramos elementos electrónicos que visten a la banda de una elegancia realmente notable. La inquietud de SHINOVA también los lleva a disminuir revoluciones, equilibrando las energías del álbum con joyas melódicas como “Berlín”, “No cambiaría nada” o “Los días que vendrán”, que demuestran la capacidad de la banda para quitarse capas de encima y apelar a la sensibilidad demostrando madurez y de valía artística, así como una curiosidad incesante que les impulsa constantemente a romper con expectativas y límites.