
Buenos Aires, 25 de septiembre de 1972, tres de la madrugada.
Estamos en el departamento de la poeta, es su última noche. La última noche de vida de Alejandra Pizarnik antes de su suicidio.
Alejandra recorre su poesía, la grita, la llora, la escribe, la constituye, la destruye, convirtiéndose en verso, metáfora o sin razón. Se disuelve a partir de su propio lenguaje poético, se ve enfrentada a sus espejos, a la tristeza profunda y azul de la madrugada.
El silencio y el desamparo constituyen también el esqueleto poético de Pizarnik.
Ella escucha la música constantemente, que se edifica como si fuera la muerte inminente frente a sus ojos.
Alejandra parte hacia otros territorios, quedando así, la pureza de su poesía en sí misma, su cuerpo de pájaro, se disuelve en metáforas, en versos, en palabras sueltas.
Ella es miedo y silencio.
Alejandra muere ingiriendo cincuenta pastillas de seconal, en una noche de primavera, entre lilas transparentes, tules y amores que nunca supieron abrazarla.
Alejandra/ Sasha/ Blume/ Blimele/
Alejandra/ pájaro/Alejandra/ poesia/ Sola
Alejandra, Alejandra, Alejandra
Sonrió levemente…
Lejana vislumbro a la niña que muere en mí.
“PIZARNIK” de Rodrigo M. Malmsten.
¡UNICAS CUATRO FUNCIONES. 14, 15, 21 y 22 DE MARZO!
VIERNES y SÁBADOS A LAS 21:00 HORAS
Teatro Ñaca
Julián Alvarez 924. CABA
Entrada general: $15.000
A la venta en Alternativa Teatral
Duración: 60 minutos